El conflicto entre los Estados Árabes e Israel persiste tras la primera guerra en 1948-
1949, ya citada, e incluso se agrava tras la revolución egipcia de 1952 por la política seguida
por su presidente Nasser, continuándose en otras tres guerras sucesivas.
Entre octubre y noviembre de 1956 tuvo lugar la segunda guerra árabe-israelí definida
como la «guerra de Suez». La orientación nacionalista y revolucionaria de Nasser conlleva
que como un símbolo de las reivindicaciones contra el colonialismo se enfrente a la antigua
metrópoli colonial, Inglaterra, y aspire al control del canal de Suez expulsando a los ingleses.
En 1954 se firmó, en este sentido, un acuerdo para la evacuación del Canal por Inglaterra, y
en julio de 1956, unido a las necesidades económicas para la construcción de la presa de
Assuán, Nasser nacionalizó el canal de Suez. Este hecho motivó que tras la elaboración de
un plan militar combinado entre Israel, Gran Bretaña y Francia, estos tres países atacaran
militarmente a Egipto, lo que provocó la reacción árabe y se transformó en la segunda guerra
árabe-israelí o la guerra de Suez, terminada en plazo breve y en pleno conflicto por la
presión política diplomática norteamericana y soviética, que hizo retirarse a los agresores, y
que si representó una victoria militar para Israel fue un triunfo político para Nasser, que
apareció como el dirigente de la oposición armada contra Israel y uno de los más destacados
políticos del Tercer Mundo, capaz de hacer frente a Occidente
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